Cuando ya estamos próximos a terminar 2025, los expertos de Netskope comparten su opinión sobre lo que nos espera el año que viene. Esto es lo que han dicho de cara a 2026:
La «burbuja de la IA» estallará (Mark Day, Chief Scientist).
«Para 2026, preveo que estallará la burbuja de la IA. Como resultado, es probable que veamos el rápido declive de muchas actividades casuales y especulativas relacionadas con la IA. Sin embargo, no creo que el estallido de esta burbuja tenga mucho efecto en la pequeña fracción de usos empresariales reales de la IA. No obstante, seguramente asistiremos a una búsqueda frenética de chivos expiatorios y a una reacción exagerada ante el colapso.
Habrá modelos de uso de la IA que deberán superar un mayor escrutinio, especialmente en lo que respecta a la economía sostenible. Me atrevería a decir que el daño económico general podría ser peor que el del final de la burbuja puntocom. Las redes de fibra sobredimensionadas pueden seguir siendo útiles mientras la tecnología siga siendo la actual, pero los centros de datos sobredimensionados de hoy quedarán obsoletos antes de que se recupere la demanda».
La primera gran brecha de datos causada por la IA se producirá en 2026 (Neil Thacker, Global Privacy & Data Protection Officer).
«A mediados de 2026, puedo vaticinar que se producirá una violación de datos histórica, no a manos de un ciberdelincuente o de un Estado-nación, sino de un sistema autónomo de IA que opere en el entorno de una empresa. Este incidente redefinirá la gobernanza, la gestión de riesgos y el cumplimiento de la IA en todo el mundo, y pondrá de manifiesto el peligro que supone la autonomía no supervisada de la IA y la falta de controles entre los servicios de IA interconectados. Todas las empresas que adopten LLM, IA y automatización agéntica necesitarán implementar una pasarela de IA. Al igual que el CASB se hizo esencial para la seguridad del SaaS en 2013, las puertas de enlace de IA lo serán para la gobernanza de la IA en 2026».
Por fin arranca el plan de seguridad cuántica (Rehman Khan, Chief Information Security Architect).
«En 2026, la conversación en torno a la seguridad cuántica cambiará decisivamente del «por qué» al «cómo». Las previsiones anteriores destacaban la necesidad urgente de nuevos algoritmos con resistencia cuántica. Estos algoritmos constituyen ahora la base de las primeras normas de criptografía poscuántica (PQC) del Instituto Nacional de Estándares y Tecnología de EE. UU. (NIST), organismo que sirve de referencia mundial. (NIST). Con esta norma crítica ya finalizada, 2026 será el año en que las organizaciones pasarán a la acción.
Este cambio estará impulsado por una toma de conciencia cada vez mayor acerca de la amenaza clave que supone el hecho de que los datos cifrados robados hoy puedan ser almacenados por los atacantes y desbloqueados por los ordenadores cuánticos del mañana. Por tanto, la protección de los secretos empresariales durante un largo periodo de tiempo se convertirá en una prioridad tangible para los equipos directivos. El primer paso práctico para la mayoría de las empresas será, entonces, lanzar el proyecto de identificar y mapear toda su encriptación actual. Esta auditoría interna sentará las bases necesarias para planificar cualquier actualización.
Para los equipos directivos, en 2026 será necesario pasar de la discusión a la acción y asignar recursos. El objetivo clave será iniciar esta revisión de la seguridad en toda la empresa, lo que marcará el comienzo oficial de la transición hacia un futuro resistente a la cuántica».
Redefiniendo la confianza digital en la era de la IA y la incertidumbre cuántica (David Fairman CIO & CSO, Asia Pacífico).
«En 2026, la convergencia de la IA generativa y la computación cuántica marcará un punto de inflexión en la forma en que las sociedades definen y defienden la confianza digital. A medida que los contenidos generados por la IA se vuelvan indistinguibles de los creados por humanos y los primeros ataques creíbles asistidos por la cuántica empiecen a socavar el cifrado clásico, el mundo cuestionará la confianza en el ecosistema digital. Cada afirmación de identidad, autoría o autenticidad, ya sea en transacciones comerciales, medios de comunicación o discurso democrático, deberá superar una nueva carga de la prueba.
Para las empresas, esto situará la «infraestructura de confianza» en el mismo nivel de importancia estratégica que la nube o la propia IA. Los CIO liderarán los esfuerzos para reforzar los sistemas de identidad con criptografía resistente a la cuántica, integrar la procedencia verificable en los flujos de datos y desplegar modelos de IA capaces de autenticar y generar contenidos. Más allá de la empresa, los gobiernos y la sociedad civil se enfrentarán a la erosión de la confianza colectiva en la realidad. Las entidades que prosperen en este entorno serán aquellas que entiendan la confianza digital como un bien público compartido que debe diseñarse, gobernarse, verificarse de manera continua y renovarse constantemente frente a la incertidumbre tecnológica».
Evolución del panorama reglamentario en 2026 (Steve Riley, VP & Field CTO).
«En 2026, el marco regulador seguirá siendo a la vez confuso y claro. Los retos geopolíticos han llevado a los gobiernos de todo el mundo a endurecer la normativa, que será más obligatoria. Sin embargo, la variedad de normativas sembrará la confusión entre las empresas, que deberán cumplir un conjunto cada vez mayor de disposiciones difíciles de aplicar.
Una cosa sí está clara: los reguladores (y también los clientes) ya no tolerarán infracciones evitables. En todos los sectores, los responsables de las violaciones producidas por eludir las mejores prácticas comunes y sensatas de ciberseguridad deberán rendir cuentas».
La soberanía de los datos ocupará un lugar destacado en el marco normativo mundial (James Robison, CISO).
«En 2026, creo que las normas sobre soberanía de datos tendrán una presencia más marcada en el ámbito regulatorio mundial. En todo el mundo, los gobiernos nacionales, como los de EE. UU., Arabia Saudí y la Unión Europea, intentarán mantener sus datos dentro de su país o región». Esto impulsará debates más amplios sobre cómo construir y prestar servicios que no abandonen un país determinado».

