Nuno Queirós, responsable de Producto Mid-Market de Cegid en Iberia, Latam y África
Vivimos en una era en la que los datos ya no son simplemente una fuente de información: son la materia prima fundamental para la Inteligencia Artificial afirmándose como el nuevo lenguaje de la estrategia empresarial. Las organizaciones que logran traducir esos datos en conocimiento útil y decisiones accionables son las que marcan el paso en un entorno cada vez más competitivo, volátil y digitalizado.
En este contexto, la visualización y análisis de datos dejan de ser meros elementos complementarios para convertirse en herramientas críticas de gestión. Más allá de los gráficos y dashboards atractivos, lo esencial es la capacidad de comprender en tiempo real qué está ocurriendo en el negocio y por qué, bien como usar esta información para generar automáticamente recomendaciones, detectar riesgos, identificar oportunidades ocultas y mucho más. La inteligencia de negocio (o business intelligence (BI) en inglés) puede actuar justamente como la base de todo esto: conectando los puntos en un universo de datos dispersos para obtener una imagen coherente y útil.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) de 2024, el 31% de las empresas españolas utilizan herramientas de análisis de datos, lo que representa un crecimiento significativo en comparación con años anteriores. Sin embargo, aún seguimos lejos del objetivo marcado por la Unión Europea para el año 2030, que es que el 75% de las empresas adopten estas tecnologías.
Además, es evidente que la inteligencia artificial ya forma parte de nuestra realidad, y su papel es cada vez más relevante como herramienta de apoyo para los trabajadores en su día a día. Así lo confirma un estudio de PwC, que revela que la inteligencia artificial generativa ha incrementado la productividad laboral entre un 30 y un 40%.
La trampa de los datos fragmentados
Uno de los grandes desafíos, especialmente para las pequeñas y medianas empresas, es que sus sistemas de información suelen funcionar como islas: el ERP por un lado, la nómina por otro y los sistemas de gestión financiera, en otro compartimento. Esta fragmentación ralentiza el análisis y expone a las organizaciones a errores, decisiones basadas en información parcial y una falta de visión estratégica.
Acumular datos ya no es suficiente; el verdadero reto y la verdadera oportunidad está en integrarlos para sistematizar información aislada en conocimiento estratégico. Las soluciones de BI más avanzadas permiten consolidar múltiples fuentes en una única plataforma, eliminando escollos y ofreciendo una perspectiva integral. Esto significa que decisiones cruciales, como ajustar una política de precios o rediseñar una estructura operativa, pueden tomarse con mayor rapidez y con mejor fundamento.
Tomar decisiones complejas con herramientas intuitivas
Uno de los avances más significativos del BI moderno conjugado con la IA es su capacidad de democratización. Ya no es necesario ser un experto en análisis de datos para obtener respuestas a preguntas complejas como: ¿Cómo impactaría una modificación de precios en la rentabilidad? ¿Qué regiones presentan oportunidades ocultas de crecimiento? ¿Dónde están los cuellos de botella operativos que frenan la productividad?
Las herramientas actuales permiten que perfiles no técnicos, como responsables de áreas operativas o de ventas, puedan interactuar con los datos de forma intuitiva, explorar escenarios y anticiparse a problemas u oportunidades sin necesidad de depender exclusivamente del departamento de TI. Esta accesibilidad es una de las claves para acelerar la toma de decisiones y fomentar una cultura organizacional orientada a resultados.
Si el BI ha permitido comprender el presente y el pasado del negocio, la integración de inteligencia artificial generativa y el machine learning abren las puertas a predecir el futuro. Hoy ya es posible anticipar fluctuaciones de demanda, identificar patrones de comportamiento de clientes o automatizar recomendaciones operativas basadas en modelos predictivos.
Esta evolución no es exclusiva de grandes corporaciones. Las soluciones actuales están reduciendo las barreras de entrada, lo que permite a empresas medianas adoptar capacidades de análisis avanzado estructuras tecnológicas extremadamente sofisticadas. De esta manera, pueden competir en condiciones más equilibradas y adaptarse con agilidad a los cambios del mercado.
Una inversión estratégica, no un lujo
En un entorno en el que la complejidad de los datos crece a un ritmo exponencial, postergar la adopción de herramientas analíticas es un riesgo. La transformación digital ya no es una opción, es una condición para la supervivencia y el crecimiento sostenido.
Las empresas que apuesten por plataformas de BI que sean escalables, flexibles e integradas no solo verán mejoras operativas inmediatas. También construirán una ventaja competitiva sostenible, basada en la capacidad de interpretar con rapidez su entorno y responder con inteligencia a los desafíos del negocio.
La experiencia demuestra que contar con una visión unificada del negocio es esencial. Soluciones que conectan de forma fluida distintas fuentes de información y que permiten visualizar insights relevantes en tiempo real pueden marcar la diferencia entre reaccionar tarde o anticiparse con éxito.
Por ello, cada vez son más las compañías que se suman a los diferentes avances tecnológicos, un ejemplo son los resultados de la encuesta realizada por McKinsey en 2024 que indicaba que el 65% de las organizaciones informaron de que empezarían a utilizar inteligencia artificial generativa. Esta adopción generalizada refleja el potencial de esta tecnología para mejorar la productividad y la eficiencia.
En este contexto, herramientas como Cegid XRP Enterprise emergen como soluciones clave para las empresas que buscan explotar al máximo su potencial analítico. No incorporan únicamente herramientas de visualización; incorporan un sistema integrado de business intelligence diseñado para conectar los diferentes sistemas de información de una empresa y ofrecer una visión unificada y en tiempo real del estado del negocio, todo esto progresivamente apoyado por innovadoras herramientas de inteligencia artificial. Esto permite a las pymes y medianas empresas acceder a insights que antes estaban reservados para organizaciones con mayores recursos.
En la economía del dato, la intuición ya no basta. Decidir con información sólida, precisa y oportuna es el nuevo estándar para las empresas que aspiran a liderar sus sectores.