ARK lanza su última villa en Sotogrande con la ayuda de la inteligencia artificial.
Para Manuel Ruiz, director creativo de ARK, cada proyecto nace de una escucha atenta al lugar. Con una voluntad constante por explorar nuevos lenguajes, nuevas herramientas, nuevas formas de emocionar y mecanismos para adaptarse a todas las generaciones. La Inteligencia Artificial (IA) es una de ellas: no como un fin, sino como un medio que nos permite profundizar en lo que realmente importa.
En la arquitectura moderna, la IA se ha convertido en una extensión de nuestra creatividad, una aliada que nos permite visualizar con más precisión, acelerar procesos y enriquecer la experiencia emocional de quienes habitarán nuestras villas.
Un ejemplo claro de esta innovación es Villa SENSE, en Sotogrande el proyecto más reciente, tras el auge residencial en la zona. Nacido de una profunda lectura del paisaje, SENSE es una vivienda que no se impone al terreno, sino que lo acompaña. Su geometría curva responde a una lógica natural, a una arquitectura que se acomoda, que fluye, que escucha. Esa misma sensibilidad con la que fue concebida ha sido traducida a imagen a través de una animación generada con Inteligencia Artificial.
Gracias a la IA, el vídeo de presentación de Villa SENSE no solo muestra el espacio: lo interpreta emocionalmente. Capta la luz, el ritmo, los materiales, la atmósfera… con un grado de realismo y poesía visual que antes era impensable. Donde se humaniza aún más el entorno para emocionar al que imagina cómo vivirá en él. No se trata de una simple visualización, sino de una experiencia sensorial que transmite la esencia del proyecto incluso antes de ser construido.
En SENSE donde esta herramienta alcanza un nuevo nivel de expresividad y coherencia con la filosofía ARK. Con un enfoque humanista, de la mano de Manuel Ruiz, tras el acercamiento más científico gracias a la neurociencia de la mano de Antonio Ruiz, la IA conseguido aliarse como ARK para expandir su capacidad de visualizar proyectos.
“Siempre me ha fascinado la intersección entre el arte, las emociones y la tecnología. Para mí, la IA no es solo una herramienta, sino un colaborador que abre nuevos horizontes creativos. Existe una especie de tensión poética entre la intuición humana, los límites creativos, la funcionalidad y la inteligencia artificial.” — Manuel Ruiz Moriche, director creativo y cofundador de ARK Architects.
En un estudio donde la arquitectura es profundamente emocional, toda tecnología se evalúa bajo un mismo criterio: ¿nos permite conectar mejor con el alma del proyecto? En el caso de la Inteligencia Artificial, la respuesta es clara. Es una herramienta que no sustituye, sino que amplifica. Que no borra el trazo humano, sino que lo lleva más lejos.
No diseñamos con tecnología. Diseñamos con propósito. Y usamos la tecnología —especialmente la IA— para acercarnos, con más claridad y emoción, a la belleza que perdura.